Prueba Silence S01

Escenario de desescalada y con las terrazas de bares y restaurantes a pleno rendimiento. Así es cómo me encuentro la zona centro de la ciudad de Barcelona el viernes 29 de mayo, momentos antes de probar la versión mejorada de la Silence S01. Parece que todo va volviendo a la normalidad después de casi 3 meses de duro confinamiento. Lejos quedaba ya mi recuerdo de la prueba realizada a esta eléctrica en septiembre 2019, en la que tuve la suerte de ser de los primeros en probarla en la Flagship de Silence, situada en el corazón de la ciudad condal. Repasando mis anotaciones de aquel test, observé cosas positivas y otras no tanto, como la vibración del tren trasero, la rigidez de ambas suspensiones y lo poco acertado del set-up del freno regenerativo.

Aquel primer encuentro fue más bien un desencuentro y es que esperaba mucho más de una marca que ha conseguido poner miles de motos eléctricas en las calles a través del motosharing y flotas de reparto. Debo reconocer que mis expectativas eran altas y es que estaba convencido que la S01 recién sacada de fábrica, sería un producto final que cumpliría desde el minuto uno con todo en orden y cada cosa en su sitio.  La realidad me demostró no ser así y para mi sorpresa la moto no estaba ni mucho menos rematada al 100%. Esto se confirmó poco tiempo después por algunos propietarios de esas 500 primeras unidades. Errores de juventud que seguro frustró a algunos puristas que, como yo, teníamos altas expectativas en una marca que hemos seguido desde sus orígenes SCUTUM, nombre en mi opinión poco acertado y que por suerte mejoraron años después con el de SILENCE, en honor al espíritu de sus motos respetuosas con el medio ambiente.

Durante estos meses he seguido la evolución de estas “No Conformidades” reportadas por los usuarios cómo, por ejemplo: ruidos varios en orden de marcha, ciertas holguras, goma que asegura la estanqueidad del asiento de baja calidad, tornillos flojos de la tapa del motor, testigo motor en display sin causa justificada, soporte latiguillo de freno, deficiencias en algunas funcionalidades de la APP y algunas otras cosas menores, pero en definitiva molestas para un particular que ha realizado una inversión cercana a los 6.000€.

Aún con todas estas incidencias, anomalías y fallos, la moto ha tenido siempre componentes de altísima calidad tanto en la parte ciclo como en la eléctrica que están muy por encima de sus competidoras asiáticas. Esa tecnología es la que nos sorprendió y nos enamoró a los entendidos y es que, aunque no es muy conocido la S01 monta un controlador SEVCON Gen4 programable de altísima calidad, igual que el elegido por la marca californiana ZERO considerada la TESLA de las motos eléctricas. También apreciamos que se monte de serie neumáticos Michelín, que el amortiguador trasero sea un OLLE de fabricación europea, que los latiguillos de freno sean metálicos, que haya conectividad 3G, etc., aunque lo que más nos gusta a los entusiastas es su “look” con ese color verde KAWA que la hace irresistible.

Acerca de la batería: solución ingeniosa y que la valoramos por 5 razones: la primera, carrito extraíble que permite a los que no tenemos punto de carga en el parking, subirla cómodamente a casa gracias a sus ruedines auto desplegables a modo de tren de aterrizaje.  La segunda, por saber que dentro está integrado un cargador de marca Meanwell de calidad y es que, aunque parezca obvio la mayoría de las motos asiáticas este hardware de serie es “malillo” y es un elemento a parte que obliga a subirlo a casa ocupando las 2 manos. La tercera, la seguridad ante un robo y es que, aunque es poco conocido la marca ha insertado un chip de localización con tecnología Sigfox que permitiría saber en qué lugar se encuentra nuestra inversión, recordemos que es lo más caro de esta moto.  La cuarta, por la tranquilidad de irte a dormir sabiendo que hay un chip BMS de calidad que nos asegura el correcto balanceo de las 14 celdas de qué dispone y que además incorpora mecanismos de autoprotección para cortar la carga y evitar así sustos como hemos visto en otras motos eléctricas baratas.  La quinta razón es porque la química de la batería es Samsung NMC que es hoy en día de lo mejorcito que existe en el mercado y que además en la nueva versión de 5,6kWh (1,2kWh más que la v1) dispone del mismo formato 21700 que utiliza TESLA para sus modelos más recientes.  Menos pilas, más densidad energética, lo que redunda en menos probabilidad de posibles errores y problemas futuros.

Volviendo a la prueba o test de la nueva Silence S01 versión 2. La pongo en marcha, toqueteo todos los botones, apago, enciendo, apago enciendo varias veces para comprobar que recordaba la configuración anterior. Sigo con más pruebas de estrés (Carlos, el técnico de la tienda, me está empezando a mirar mal) para ver si la podía engañar y dejarla en algún renuncio, pero no hubo forma y es que ahora sí la lógica del software funciona correctamente.

Una vez en marcha acelerón y Av. Diagonal para arriba, sin miramientos y estirándole de la oreja para ver si aguantaba mi ritmo motero extremo.  Salgo de la plaza Francesc Macià dejando atrás y con diferencia a las térmicas de 2 ruedas. A partir de ahí gas a fondo o mejor dicho electrones a raudales. No es tanto la velocidad punta (coge los 100km/h en un plis plas) sino la agresiva y uniforme aceleración que la máquina soporta y que te deja una sonrisa oculta bajo el casco que sólo uno sabe disfrutar. Llego primero a los semáforos y allí parado espero a los otros riders que poco a poco se ponen a mi altura con caras de asombro, miradas de reojo y con ganas de interrogarme (alguno se atreve) y es que esto no es una aburrida motosharing, esta eléctrica es algo serio.

Momento de coronar la Diagonal y entrar en la zona en la que el pasado septiembre su antecesora versión 1 me traicionó vibrando de forma brusca y casi peligrosa (me asusté y todo.).  Vamos a ello, entro en la zona maldita que coincide con un falso plano en pendiente de subida y sorpresa… no noto traqueteo, me concentro para detectar la maldita vibración (algo en mí quiere encontrarla de nuevo) pero ni rastro. No conforme le doy más chicha para estresarla todo lo posible y hacerla vibrar…. tampoco lo consigo. ¡Por último, frenazo brusco (miré antes que no viniera nadie detrás) y nuevo acelerón… rien de rien!, vamos que no existe la perturbación que sí noté en aquella unidad perteneciente al lote de las llamadas 500 primeras unidades. Con este test constato la ausencia de vibraciones y doy como concluida la fase 1 de la prueba.

Eso no acaba aquí, fase 2:  me incorporo a la ronda de Dalt que es un tramo interurbano y tras una curva a derechas peraltada, gas a fondo y pongo rumbo a una zona de polígonos industriales. Es un escenario perfecto para exigir y sacar la verdad a lo que la moto lleva dentro. Esta es la mía, estrujo a la S01 como no os podéis imaginar, acelerones, frenazos, cambios de modo, todo con el propósito de alcanzar el límite de temperatura del motor. El testigo no llegó a encenderse en ningún momento como sí pasaba en la versión inicial. Finalmente mirando la hora y con algo de remordimiento, pues quizá fui demasiado exigente con la moto recién matriculada, volví a coger la ronda de Dalt ahora de subida y también a tope me dirijo hacía la Flagship para devolverla y dar las gracias a Carlos que tan bien me atendió y con el que estuve hablando largo y tendido acerca del mundo de las 2 ruedas eléctricas.

Conclusión, me pareció que ahora sí el producto de Silence tiene cara y ojos y es competitivo, sin miedo alguno al qué dirán y más si se quiere hacer un hueco en mercados exigentes como el británico y europeo, especialmente el alemán en el que doy fe que son muy muy rigurosos. Si tuviera que sacar alguna cosita, mejoraría la suspensión delantera por una más confortable y es que me pareció algo dura o tosca en algún tramo.  

Nota final para esta S01 v2, un 9 sobre 10, prueba superada y felicidades, ahora sí, a los ingenieros de la marca por vuestro excelente trabajo durante estos meses, que imagino habrán sido muy duros e intensos también para vosotros