¿Más autonomía? ¡Ahora es posible!
En realidad, la mayoría de las motos eléctricas son capaces de realizar más de 60 kilómetros, que es más de lo que recorre el 90% de la población a diario. Aun así, cargar la moto supone un “esfuerzo”. Sobre todo si tiene batería extraíble y es que quitarla, subirla a casa o al trabajo, cargarla y volverla a poner tiene su «trabajillo».
Es por este motivo principalmente por el que cada vez es más frecuente ver “upgrades” o “customizaciones” con el objetivo de aumentar la autonomía y no ir tan angustiados viendo como de rápido bajan las barras de la batería en el velocímetro. La técnica más utilizada por los veteranos en esto de lo eléctrico y ligero es renovar la química de serie por una más avanzada, segura y sobre todo con más Amperios-Hora, que a la postre se traduce en recorrer más kilómetros por carga.
Pero entonces, ¿estamos «tuneando» la moto?, lo cierto es que este tipo de mejoras se suelen hacer una vez finalizada la garantía y por lo que hemos visto “los usuarios avanzados” respetan el mismo peso inicial para no condicionar las capacidades dinámicas de la moto y respetar así los parámetros ITV. Realmente la moto no va a correr más, ni siquiera acelerar más bruscamente que antes. Simplemente, si la batería hacía por ejemplo 70km ahora podrá llegar a 140km. El cambio permite relajar la frecuencia de carga a la que estábamos acostumbrados, afrontar recorridos con más distancia y, ¿por qué no?, hacer rutas domingueras que cada vez están más de moda entre la comunidad eléctrica😉
Modelos que se prestan a este tipo de upgrades han sido históricamente la Vectrix VX1 en las que se suele utilizar celdas de Nissan LEAF (hay videos en YouTube al respecto) y ahora también la maxi-scooter T10 en la que se puede llegar a enriquecer fácilmente hasta llegar al doble de capacidad aprovechando su popular caja metálica de asas. Son motos que, por su sencillez constructiva, se prestan a que cualquier aficionado con algo de conocimientos técnicos pueda realizar el cambio, por una inversión relativamente baja. También las Super Soco, las NIU y otras muchas de batería extraíble son fácilmente llevadas a otro nivel, sobre todo en Italia que es dónde ha nacido este movimiento. Otro tipo de marcas más “Premium” como BMW o ZERO con bus CAN y protocolos de comunicación encriptados, son casi intocables y es muy difícil para un usuario medio actualizar su batería.
En esta actualización se aprovecha para colocar un BMS de calidad tipo ANT o DALY que permite monitorizar vía bluetooth el estado de las celdas como ya hacen lo coches eléctricos. Esa información es necesaria para que el usuario final conozca la salud de su batería en todo momento y no ir a ciegas como pasa ahora con la casi totalidad de modelos que se pueden matricular y asegurar en España. El beneficio además es triple pues este tipo de BMS’s suelen tener mayor amperaje de entrada que el básico de fábrica y eso permite utilizar cargadores rápidos, pasando de por ejemplo de los 10A iniciales a 20 o 25A.
Todo son beneficios: más kilómetros por carga, visualizar en tiempo real el estado de la batería a través del móvil y poder cargar en la mitad de tiempo.
¿Y qué hacer con la batería de serie? siempre se le puede dar una segunda vida como por ejemplo utilizarla en casa para energía fotovoltaica y es que no hay nada mejor que reciclar y dar un segundo uso a las cosas 😉